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18 Entonces toda la gente fue al templo de Baal y lo derribó. Destruyeron los altares y los ídolos, y enfrente de los altares degollaron a Matán, sacerdote de Baal.

El sacerdote Joyadá apostó guardias en el templo del Señor 19 y, acompañado de los capitanes y de los quereteos, los guardias y todo el pueblo, llevó al rey desde el templo del Señor hasta el palacio real. Entraron juntos por la puerta del cuartel, y Joás se sentó en el trono real. 20 Todo el pueblo estaba alegre, y tranquila la ciudad, pues habían matado a Atalía a filo de espada en el palacio.

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